Una Historia...





-Según se rumorea entre la gente, esta historia es real. Llegó a mis oídos hace un tiempo atrás, en un encuentro que tuve con unos amigos, y ahora quiero contársela a ustedes.

Hace varios años atrás, alrededor de los años 1995 existía una empresa muy poderosa, la cual poseía venta a nivel mundial con su único producto, una bebida, que hacía sentir a las personas más enérgicas y llenas de vida, pero al pasar un tiempo ese efecto pasaba y debían beber nuevamente aquella sustancia. A causa de esto varios médicos y especialista analizaron la bebida pero no encontraban ningún químico parecido a una droga. Realmente no conocían la causa de que aquella bebida fuese tan poderosa.
Los años pasaron y la empresa seguía creciendo, algunas personas solo tomaban esa bebida y sin más, pero hubo una persona que se interesó en investigar más detenidamente este caso, un detective, muy famoso. Este se basó principalmente en los dueños de aquella empresa, además eran marido y mujer, ambos dueños de esta empresa y sin ningún heredero de tan gran poder. Esto no tenía nada de raro, para los demás, pero para él sí. Los jefes de esta empresa disfrutaban de una gran riqueza y un amor muy fuerte, que solo era a causa de algo inesperado para cualquier ser humano.

Día 1: El detective decidió investigar los lugares donde estos dueños de la empresa visitaban a menudo. Los espero a la salida del trabajo, escondido en su auto a la espera de ver señales de ellos, solo vio a la mujer pero el hombre no estaba. La mujer subió a su auto y emprendió el viaje, el detective la siguió sin dudarlo, cuadra a cuadra, sin que se le escapara, pero iban aumentando su velocidad, la mujer se había dado cuenta que era perseguida, y unas cuadras más adelante desapareció sin dejar rastro. El detective estaba algo desconcertado, porque en donde la mujer había desaparecido era un callejón sin salida, sin poder explicar lo que había visto, decidió volver a su casa.

Día 7: Nuevamente los estaba esperando en el mismo lugar, pero esta vez no salió nadie. Las horas pasaban y nadie salía, entonces fue para revisar si los autos de los empresarios se encontraban allí, pero no estaban, habían salido, al parecer por otro sitio.

Día 20: Necesitaba una explicación a todo esto, se encontraba en su casa pensando tratando de ver si podía encontrar algún tipo de pista o algo por el estilo, de pronto un sobre resbalo por debajo de su puerta, este se quedó mirando fijamente la carta y luego de unos segundos se levantó de su escritorio para levantar el sobre. Lo primero que observo fue que el sobre estaba totalmente en blanco, pero al abrirlo había algo escrito: “Tú te estas metiendo en lo que no te incumbe”. El detective solo miro las letras y guardo el papel como evidencia, él solo quería seguir con su caso.

Día 45: El detective había podido dar con uno de los paraderos de una de las próximas reuniones que tendrían los empresarios, y también sus dueños. Las horas pasaron y el detective ya estaba esperando a cualquier movimiento, cualquier cosa rara que pasara durante la reunión. Nuevamente se encontraba en su auto, a la espera de cualquier movimiento, de pronto comenzó a sentir cantos y luego de eso un grito. Salió corriendo hacia aquel lugar, derribó la puerta de una patada y al entrar no había nadie, solo silencio, pero miro detenidamente y ante sus ojos pudo ver otra carta. La abrió y decía lo siguiente: “Alma en pena serás, si sigues interfiriendo en esas cosas”. El detective solo agarró la carta y comenzó a gritar de la rabia, solo estaban jugando con él, dejando esas cartas.

Día 61: Se encontraba en el trabajo tratando de descubrir algún registro dudoso de aquellos sujetos, pero no encontró nada, pero sí pudo encontrar un expediente de uno de los trabajadores de aquel lugar. La única manera de buscar una pista, sería investigar a dicho sujeto. Se puso en marcha sin pensarlo y decidió ir a buscarlo. Tenía todo sus datos, lo único que restaba era encontrarlo. Sigilosamente siguió sus pasos, a la espera de que llegara el momento adecuado para poder darle un golpe sorpresa. El sujeto se metió a un bar y él lo espero afuera, por unas cuantas horas, hasta que por fin salió, lo siguió nuevamente y cuando sintió que era el momento le pegó con la culata de su arma, desmallando al trabajador. Luego lo llevó a una casa alejada de la ciudad donde lo iba a interrogar cuidadosamente.

Lo sacó del baúl del auto y lo ató en una silla, y cuando al fin el sujeto despertó, comenzaron las preguntas. El detective decía pregunta tras pregunta, pero aquel sujeto no decía nada, solo lo miraba fijamente, entonces el detective sintió rabia de que él no quisiera hablar y lo comenzó a golpear, pero cada golpe que el sujeto recibía por parte del detective solo lo respondía riendo, solo reía como si disfrutase de lo que hacía. Hasta que por fin el detective se cansó y dejo de golpearlo. El sujeto tenía su cara llena de sangre, labios, ojos todo estaba inflamado y su nariz estaba totalmente quebrada, pero el sujeto seguía riendo como si nada le importase, no hacía caso al dolor, y luego sacó su lengua y la comenzó a morder hasta que la cortó, la sangre le brotaba muy rápido, y pero lo más curioso era que reía y reía. El detective retrocedió, estaba un poco asustado, pero el sujeto luego se tragó su propia lengua dejándosela en la garganta para asfixiarse, hasta que murió. Al pasar unos cuantos minutos el detective, agarró el cuerpo y lo tiró al mar, ya nada se podía hacer. Desilusionado por lo que había pasado volvió a su auto, y encontró otra carta, que decía lo siguiente: “Nos esperábamos esto, pero no sigas, de nada servirá” El detective sin más, guardó la carta y siguió adelante.

Día 79: Las circunstancias en que se encontraba el detective no eran las mejores, no tenía ninguna pista, no había podido investigar nada en todo el tiempo que había invertido en el caso. La única cosa que restaba era infiltrarse en aquel lugar. Planeó todo con lujo de detalle, calculó horas y minutos que debían pasar, todo, y cuando al fin finalizó, decidió ir a la tan famosa empresa.

Viajo por la noche, y pudo ingresar por una parte de arriba del edificio, esperaría a que llegara la mañana para poder llevar su plan a cabo. La mañana se hizo presente, y comenzaron a entrar uno por uno los empleados, también estaban los jefes de esta empresa. Entro por una de las puertas, bajo escaleras y más escaleras, realmente aquel lugar era enorme. Hasta que vio una puerta y sin pensarlo entro en ella de forma sigilosa, y pudo ver a los trabajadores que en su rostro no había felicidad, parecían robots, pudo escuchar una conversación, de que tendrían una reunión, todos los trabajadores y jefes en un lugar no muy alejado de ahí, pero su sigilo poco duró porque fue visto por uno de ellos y comenzó a correr en busca de un escondite, su plan había fracasado, pero debía seguir adelante, improvisar. A lo lejos vio otra puerta, era la única escapatoria que le quedaba, entró y trabó la puerta sin pensarlo. Estaba algo sin aliento de tanto correr, apoyó su cabeza en la puerta, hasta que pudo cobrar nuevamente el aliento, pero sintió un ruido detrás de él, se dio vuelta repentinamente y para su sorpresa se encontraban los dos dueños de aquella empresa. Los empresarios solo lo observaron, y comenzaron a reír. Le pidieron disculpas de la forma en la que los empleados lo habían tratado, pero ellos habían advertido que atraparan a cualquier intruso en su edificio. El detective no caía todavía que eran ellos realmente, pero nada podía hacer. Los dueños de la empresa lo llevaron hacia la entrada, y luego cerraron las puertas.

Lleno de miedo y sin poder pensar nada en aquel momento, el detective se dirigió a su auto, para volver a su casa, pero nuevamente había una carta en su auto. Solo la tomo y la leyó, en esta decía lo siguiente: “Pertenece a la oscuridad, no siga molestando” luego la guardó sin más, y fue a su casa.

Día 80: Esta vez podía descubrir de una vez por todas lo que estaba sucediendo, con el paradero de la reunión que había escuchado. Al fin podría ver que se llevaba a cabo en sus reuniones. Ya era lo único que le quedaba y sin más se fue a aquel lugar. Esta vez se metió antes, para que los demás no descubrieran que estuviese allí. La hora llegó y comenzaron a entrar varios trabajadores, y luego llegaron los dueños de la empresa. Todos se saludaban con un beso en la boca, tanto hombre como mujeres, realmente era asqueroso, luego se quedaron complemente desnudos y sacaron una bolsa con algo dentro y se lo comenzaron a rociar unos con otros, era sangre. El detective había entrado en pánico, quería abandonar aquel lugar, agarró su arma e intento sacar el celular para pedir refuerzos, y recordó que en su bolsillo estaban las cuatro cartas que había resido de amenazas, quizás ahí se encontraría la clave, las ordeno con las manos temblorosas, leyó detenidamente oración por oración pero no encontraba nada, hasta que comprendió que el mensaje estaba escondido en la primer palabra de cada oración “Tu alma nos pertenece”, no tardo en leer esto y fue descubierto. Lo agarraron, le quitaron el arma, y lo dejaron desnudo, al igual que todos ellos.

El detective estaba realmente asustado, no entendía lo que ellos hacían, luego de eso, lo subieron a un altar. Los gritos de auxilio, del detective eran inútiles, porque estaba lejos de cualquier ayuda. El dueño de la empresa le dijo que se calmara, que de nada servía gritar, entonces el detective preguntó que porque hacían eso, que es lo que ocultaban. El jefe de la empresa explico que habían llegado a tanta fama gracias a que tenían un ingrediente secreto, la sangre humana. Es algo que los humanos no están acostumbrados a beber, pero nosotros sabemos que es la sustancia más sabrosa y deliciosa que existe, y es por eso que esta fue mezclada cuidadosamente en la sustancia general, haciéndola tan irresistible. Y para hacerlo debían matar gente, y con la ayuda de Satanás es como ellos triunfaban. El detective al fin entendía todo, pero a nadie podía informarlo, solo comenzó a rezar, y luego de eso, aquellos sujetos comenzaron a comer cada parte de su cuerpo, solo utilizaban sus dientes para quitarle la carne. Luego de que no quedó nada del detective, comenzaron a besarse uno con otro con sus bocas llenas de carne humana y sangre.

Las horas pasaron, y la policía al fin llegó a aquel lugar, pero lo único que encontraron fue el cuerpo mutilado del detective. Ese caso quedó sin respuesta para los policías y dieron la muerte del detective como un accidente. Pero una cosa de todo es, que aquella empresa aún sigue vendiendo su producto, así que ten en cuenta que la próxima vez que bebas una bebida, quizás estés probando sangre humana.

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