Ronald

Relato encontrado en formato .doc en la Deep Web, originalmente en inglés.
Se desconoce su autor.

Ronald.


La esposa, cuyo nombre mantendré para mis adentros, pereció durante el parto de su único hijo varón. 


“¡Qué se espera de una pordiosera sumida en la lujuria!” exclamó el sacerdote sujetando al primogénito con ambas manos en la pila del bautismo. 



Creció sin madre y murió 16 años después de una complicación renal. Su padre se negó a donar el órgano necesario para su recuperación; pues nunca lo consideró su sangre.


No lo juzgues, es sólo un niño que busca recuperar el tiempo que perdió. 


En su muerte sufrió pues su cuerpo no fue velado, el cielo fue testigo que su cuerpo fue quemado y de las cenizas ni hablamos.


Vuelve por la noche a jugar con los juguetes que nunca tuvo y a atormentarte después de los sueños, pues los envidia. 


Si en tu cama no encuentras el consuelo que te lleve al sueño, no te sorprendas si tu cama comienza a temblar, él está debajo moviéndote con sus débiles y pequeños brazos. 


Su nombre nunca debes mencionar pues juega en las sombras con la mirada fija desde una esquina. 


No intentes abrir los ojos cuando todos se han dormido, pues él no juega contigo. 


Descansa a tu lado hasta que las sombras se han marchado, no lo busques, pues él te ha encontrado. 


Si en tus sueños lo encuentras, recuerda que nunca ha sido amado. SI TE A GUSTADO COMPARTELO EN FACEBOOK (y) Compartir

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